¡Predica La Palabra!

Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. 2 Timoteo 4:2 TLA

Cuando era muy joven llegué a poner en duda la confiabilidad de Las Escrituras. He mencionado antes un poco acerca de esa actitud, cuando daba testimonio de mi conversión al cristianismo (lo digo así porque aunque fui criado y educado en contextos tanto católicos como evangélicos, era practicante de la New Age y particularmente seguidor de las filosofías orientales). Por supuesto mi historia ahora es diferente. Después de haber sido persuadido que La Biblia es la Palabra de Dios, los textos que me fueron mostrados me hicieron entender que la salvación es por gracia de Dios y entonces acepté con fe en Jesucristo el regalo de la salvación. Desde aquel entonces fui muy determinado a indagar acerca de lo que hoy conocemos como los hechos esenciales que trata la Bibliología. Desde muy temprano en mi vida cristiana he tenido por pasión el estudio y la enseñanza de Las Sagradas Escrituras. Aun cuanto me hace falta muchísimo por aprender, he experimentado que el Espíritu Santo y las Sagradas Escrituras son el binomio perfecto para respaldar nuestro crecimiento en ciencia, madurez y poder… crecimiento que a la vez por pura gracia y misericordia nos conduce a predicar La Palabra, en mi caso particular no solo desde las oportunidades para servir en la iglesia, sino también desde nuestro trabajo en la Sociedad Bíblica de Honduras y en la Universidad Cristiana de Honduras.

Puesto que La Palabra trae influencia a tu vida, te animo a que des testimonio de ello, contándole a otros lo que aprendes, para gloria de Dios.

¿Qué opinas tú? Leeré tu comentario.