Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; pasemos la noche bajo la protección del Dios todopoderoso. Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quien confiamos! Sólo él puede librarnos de los peligros ocultos y de enfermedades mortales; sólo bajo su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos.
Pedimos por sabiduría en este período final de reflexión, pues como cristianos creemos que nuestro Dios Todopoderoso puede protegernos, y que como ciudadanos responsablemente debemos elegir a nuestros futuros gobernantes en un ambiente de libertad, respeto y paz.
Salmo 91:14-16
Dios dice: «Mi pueblo me ama y me conoce; por eso yo lo pondré a salvo. Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores, le daré muchos años de vida, y lo haré gozar de mi salvación».
Pedimos que Honduras, país que Dios no ha olvidado, goce de la salvación que solamente el Evangelio de Jesucristo trae para transformar a los individuos, a las estructuras, y a los sistemas.
La pandemia sacudió a algunos, a otros los revolcó, a otros los tumbó. Hoy vemos a muchos estar buscando ponerse de pie. Se motivan a sí mismos diciendo: “de esta saldremos mejores”. ¿Será suficiente esa motivación para ser mejores personas? Aún estamos a tiempo de aprender de lo que está pasando para buscar restablecer nuestras vidas en medio de la pandemia, de la crisis económica, de la efervescencia socio-política, e inclusive en medio de las catástrofes naturales.
---
Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/munoz/message