El empuje del movimiento filosófico conocido como «post-modernismo» ha sido rechazado por muchos cristianos, mientras que otros lo miran como algo a lo que más vale la pena unirse que resistirse.
Ningún sistema humano estará jamás a la par del Cristianismo. Sencillo: el Cristianismo NO es humano. El Cristianismo bíblico es divino.
De la misma manera que el Cristianismo buscó respuestas en medio de la pre-modernidad y de la modernidad, hoy nos toca crecer más y más en el conocimiento de la Verdad (que tanto pretende el postmodernismo que sea relativa y múltiple), para PROPONER una teología latinoamericana que discierna los retos positivos o negativos que la postmodernidad implica en nuestros países «tercermundistas», y luego poner en evidencia nuestro interés por sacar ventaja para la proclamación del Reino de Dios.
Para introducirnos en la filosofía de la postmodernidad, y como hacer teología ante ella, recomiendo estos dos libros:
El mundo al que predicamos de Salvador Dellutri (Unilit/Logoi, 1998). Un vistazo de la influencia hebrea y griega al mundo occidental, desde tiempos premodernistas hasta el siglo XX.
Postmodernidad de Antonio Cruz (CLIE, 1996), una joya de la sociología que con voz profética propone ideas para propagar La Verdad en un mundo postmodernista, al cual nos introduce luego de comparar la cultura moderna con la cultura postmoderna.
¿Soy modernista o postmodernista?
Parece que aun nadie sabe, «a ciencia cierta», como definir la postmodernidad. Para algunos, es una forma fácil de agrupar una variedad de actitudes (reactivas, por cierto) frente a la modernidad.
Creo que yo tengo mucho de herencia modernista, cuantos no a estas alturas- pero estoy descubriéndome con aprecio hacia algunas reacciones postmodernistas. Pero esperen… (y no se apresuren que hay MUCHO del postmodernismo que no me gusta)… Lo confieso, estoy cansado de ser reaccionario… que venga lo proactivo!!! Hoy por hoy (sí, aun hoy) el modernismo tiene aspectos que ya ratos me incomodan y el postmodernismo tiene los suyos que me atraen… pero por favor… aun no me etiqueten de nada 🙂 Ante todo, soy cristiano. Se espera que un cristiano reconozca su doble ciudadanía, y con ello su responsabilidad de ser PROPONENTE en cualquier sistema socio-politico-cultural-economico-etc en que Dios en Su soberanía le permita ser «sal y luz»…
Qué me queda, entonces? No soy un defensor del modernismo. No soy un promotor del postmodernismo. Ser modernista no es mi misión, ser postmodernista no es mi visión… y el momento ya está llegando, y ni me aprehenderé al modernismo, ni correré espantado del postmodernismo. Eso sí, cristiano seguiré siendo… intentando tener propuestas que pongan «sabor» tanto mi vida como la de los que me rodean.
¡Ánimo!