Hace algunos años mi Navidad se destartaló. Hoy ya está reparada, pero desde aquel entonces cuando tuve que sometarla a reparación he quedado con la costumbre de compartir estas convicciones personales año con año. Así que aquí estoy otra vez, aunque cada año más conciente que algunos cristianos e iglesias enteras optan por no continuar celebrando la Navidad. Yo seguiré haciéndolo, ya me dirás tú que harás… 🙂
Y tu Navidad, ¿necesita reparación?
(Razones para celebrar la Navidad)
Me parece que muchos necesitan reparar su Navidad. Necesitan meterla a un taller, quizá a una carpintería, a una lavandería, o a un proceso de re-ingeniería. Es que la Navidad en la sociedad en general está destartalada. Realmente, -aunque provoque susto la afirmación- son muy pocos los que genuinamente la celebran.
Algunos dirán: «Pero en nuestra casa hacemos gran fiesta. Además, lo que se mira en los supermercados, en los centros comerciales, en los restaurantes, y muchos otros lugares, indica lo contrario.» Lo cierto es que aunque tú compres un regalito para darlo con todo amor a alguien a quien aprecias, no necesariamente quiere decir que todos están verdaderamente celebrando. Hasta los que no son cristianos intercambian regalos. Muchos participan en convivios y hasta en grandes fiestas.
Contrariamente, algunos no celebran para nada porque, dicen, es una época triste. Piensan así por alguna nostalgia, resultado de alguna experiencia personal en el pasado. Para el caso, el año que falleció mi madre estuve «tentado» a no celebrar Navidad. Ella cumplía años precisamente el 24 de diciembre. Pero en vida en esta tierra ella misma disfrutaba agradecida con Dios de ésta época. ¿Qué habría de hacer yo?
Mientras tanto, otros no celebran la Navidad porque no están de acuerdo en la manera como popularmente se celebra. Argumentan que la Navidad se ha comercializado y, por consiguiente, se ha perdido su verdadero espíritu. Otros incluso agregan, para no tener motivo de celebración, que la Navidad está asociada a cultos de religiones paganas de la antigüedad.
Sin embargo, creo haber encontrado razones que me dieron convicción de por qué SI celebrar Navidad. Son éstas:
- A Dios le gustan las celebraciones. Por eso instruyó a la nación de Israel para que celebrara diferentes fiestas. Igualmente, a los cristianos nos instruyó a celebrar “fiestas” como el Bautismo y la “Cena del Señor”. Por cierto, la fiesta de bodas está ampliamente celebrada en el Cantar de los Cantares, y de Eclesiastés aprendemos incluso a «celebrar un funeral» con las reflexiones y emociones correspondientes.
- La fiesta del “ahorro” en Deuteronomio 14:22-27 se trataba de celebrar y disfrutar de regalos, delante de Dios y agradecidos con Él. Se hacía una vez al año, aunque anticipando esa ocasión, el espíritu de la fiesta debía mantenerse durante el año entero. Algunos dicen que no celebran Navidad porque “la Navidad es todos los días”. Pero por lo general, los que piensan así, ni celebran Navidad en esta época, ni en ningún otro día del año.
- La fiesta de «las lunas nuevas» (Salmo 81:3, 1 Samuel 20) se trataba de celebrar por Dios y delante de Dios, en armonía con otros, especialmente con la familia. Esto repara la Navidad de aquellos que dicen que Dios no «santifica» las fiestas honorables si personas de otras religiones también las celebran.
- Los magos vinieron a Jesús para adorarle (Mateo 2:1-2, 11 lo cual parece ser el cumplimiento de Salmo 72.10; Isaías 49.7; 60.3). La verdadera Navidad se trata de adorar al Dios Encarnado.
- Jesucristo participó de todas las fiestas de su época, aún y cuando estas se estaban corrompiendo. En cada una de ellas Él dio testimonio del verdadero espíritu de las fiestas (por ejemplo: Juan 7:37-38). ¿No deberíamos nosotros igualmente reparar el espíritu de nuestra fiesta?
- El espíritu de la fiesta de Navidad no es contrario a Las Escrituras. A través de la historia, la Navidad ha inspirado sentimientos de pureza, amor, compasión, bondad, en miles y miles de personas.
- La Navidad es una de las mejores y mayores oportunidades que tenemos para testificar del amor de Dios. Nada es más reparador que alguien crea y responda al amor de Dios para salvación personal.
Démonos cuenta de que la Navidad no se trata de nosotros, sino de Jesucristo. Reconocemos que lo importante no es saber exactamente cuando fue que Él nació, sino efectivamente celebrar que Él un día nació. Y Él nació para venir al mundo a salvarnos. Yo no puedo negar Su nacimiento, porque eso es historia. No puedo negar la Navidad, porque eso es salvación. Es evidente que la Navidad de muchos necesita reparación. Mi Navidad fue reparada cuando descubrí que hay razones lógicas, teológicas y bíblicas para celebrarla. Y tu Navidad, ¿necesita reparación?