He abarcado hasta ahora siete condiciones para el verdadero discipulado, las cuales según Guillermo MacDonald son “claras e inequívocas”, pues son una enseñanza directa a nuestra vida personal. Se trata de lo que la Biblia me dice a mí. Se trata de lo que Jesucristo me condiciona a mí. Soy responsable de atender ese llamado. Debo ser humilde en reconocer Su dirección hacia mí. Entonces, sometiéndome de esa manera al Señorío de Cristo sobre mi vida, es que entiendo que Dios me recompensará. ¡Son Sus promesas!
Si vamos en pos de Cristo:
- Él nos hará pescadores de hombres. (Mateo. 4:19, Marcos 1:17)
- Seremos dignos de Él. (Mateo 10:38)
- Él mismo nos reconocerá como Sus discípulos. (Compare con Lucas 14:27)