En el post anterior apuntábamos acerca de la novela de ficción “El Código Da Vinci”. Esta mañana un canal local transmitió una entrevista con don Wilfredo Aplícano, dando a conocer su libro “El código Da Vinci, una mentira disfrazada de verdad”. Se aprecia su labor investigativa y señalo una declaración suya que me atrapó: “ni siquiera señalemos a este libro como una novela de ficción… Una herejía, ¡es lo que es!” Me gustó mucho también lo que otros autores ya han señalado y que Aplícano refirió: que al final, el libro no es tanto un ataque contra la Iglesia Católico Romana ni contra la Iglesia Evangélica, sino contra la persona misma de Jesucristo, Dios-El-Hijo.
Hoy quiero señalar cómo me ha llamado la atención el interés que tienen muchos hondureños en la cobertura que los medios han estado dando a estos controversiales temas que no son novedad, sino resurgimiento de tantas situaciones incluso cismáticas que se dieron en los primeros cuatro siglos de historia del cristianismo, pero que, como hemos señalado antes, con el poder del Espíritu Santo la Iglesia fiel alcanzó la victoria con la influencia de La Palabra Escrita que fue revelada por Dios. Digo que me llama la atención el interés en los temas pues durante las últimas semanas, cada vez que un medio se ocupa de una de estas controversias, desde Brokeback Mountain, pasando por el pseudo-evangelio de Judas y El Código Da Vinci, hemos recibido en nuestra oficina cantidad de emails y de llamadas telefónicas: “¡¿Lo están viendo?!”
Ayer el turno fue para la secta “Creciendo en gracia”. En un segmento de un noticiero matutino, el periodista Renato Alvarez invitó ante las cámaras a los obispos Edward Orellana y Myrna Cestero (Creciendo en gracia) y al Reverendo Mario Fumero (Director de los centros de rehabilitación de alcohólicos “Proyecto Victoria”). Ante el asombro del mismo periodista, quien “no se aguantó” de defender la tradición bíblica-histórica de la gran mayoría de los hondureños, los representantes de esta secta contradijeron la Palabra de Dios misma al decir que sólo los escritos del apóstol Pablo son revelación de Dios para hoy en día, que Satanás ya no existe, que nadie fue salvo ni fiel creyente entre los siglos II y XIX, que podemos pecar todo lo que queramos y dejar de llamar pecado al asesinato, al adulterio, al engaño, a la mentira porque nada de esto afecta ya la vida espiritual de los salvados por José Luis de Jesús Miranda, el boricua quien se autoproclama “Jesucristo hecho hombre otra vez para este tiempo”. Quien no se vio asombrado, fue el Rev. Fumero. Fumero es un apologista y maestro que los mismos medios seculares han reconocido por años como un experto en advertir sobre llegadas de sectas a nuestro país, y en saberlas confrontar. No se vio asombrado, me parece, porque al igual como lo señaló el pastor Julio Sánchez en su comentario al post anterior, esto “no es de extrañar”, la Biblia misma nos lo profetiza y nos dice qué hacer.
Amigos y amigas, a todos ustedes que nos leen, a quienes nos han escrito o nos han llamado, que la preocupación no nos estorbe, sino imitando el ejemplo de los fieles del pasado, incluso imitando el ejemplo de los fieles del futuro (sí, los que nos describe el Apocalipsis) esforcémonos en la gracia que tenemos en Cristo y en el poder de su Espíritu Santo para influenciar con Su Palabra a todas las naciones… La respuesta no es cruzarnos de brazos a lamentarnos, a quedarnos quietos, a murmurar… la respuesta sigue siendo la misma de hace veinte siglos:
No me da vergüenza anunciar esta buena noticia. Gracias al poder de Dios, todos los que la escuchan y creen en Jesús son salvados; no importa si son judíos o no lo son. La buena noticia nos enseña que Dios acepta a los que creen en Jesús. Como dice la Biblia: «Aquellos a quienes Dios ha aceptado, y confían en él, vivirán para siempre.»
El apóstol Pablo en Romanos 1:16-17
Actualización: Lee el bosquejo del Lic. Nelson Guerra, «Separando la verdad de lo imaginario: Influencia del libro y la película en la cultura popular» (se incluye presentación en PowerPoint)
Diario La Prensa publicó ayer su tercer artículo de la sección Apertura, un especial sobre «El Código Da Vinci: Misterio del Santo Grial«, en el cual la periodista Dunia Orellana presenta las diferentes posturas sin que el lector sienta que ella misma está siendo especulativa. El artículo da espacio para que el lector se de cuenta que hay una base formal para quienes defendemos las confiabilidad de los libros canónicos así como las evidencias históricas de la muerte y resurrección de Cristo.
Este artículo contrasta con otro publicado en el mismo diario y en la misma fecha. Se trata de «El Código DaIdiotinci» de don Otto Martín Wolf, quien en su columna de opinión ha hecho críticas a diferentes religiones desde una postura agnóstica (más bien atea). Hace un par de años cuando por causa de un artículo suyo lo invité a dialogar sobre «La Pasión de Cristo» me contestó «dejé de leer religión hace mucho tiempo». Tal parece que ya está leyendo religión de nuevo. Don Otto prácticamente llama «idiotincis» a los sacerdotes y pastores que pretenden «presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1 Pedro 3:15).
Dan Brown dijo algo que es cierto: “La religión solo tiene un enemigo: la apatía…”
Dan Brown ya se dió cuenta que la apatía no vencerá al Cristianismo. Dios nos ayude a responder -no a ridiculizar como califica don Otto- con mansedumbre y reverencia.