Cuando Jabés nació, su madre le puso ese nombre porque le causó mucho dolor durante el nacimiento. En cierta ocasión, Jabés le rogó a Dios: «Bendíceme y dame un territorio muy grande; ayúdame y líbrame de todo mal y sufrimiento». Dios le concedió su petición, y Jabés llegó a ser más importante que sus hermanos. (1 Crónicas 4:9-10 TLA)
Muchos han anunciado una crisis económica mundial sin precedentes para el 2009. Lo he tomado con seriedad y prudencia para estar preparado. La Palabra nos prepara. En ella encontramos la sabiduría y la inteligencia, la prudencia y la diligencia para que el nuevo año sea uno en el cual honrar a nuestro Supremo Creador y Proveedor. Podemos honrarle sometiéndonos a los principios y adoptando los valores que nos dan la posibilidad de ser de
bendición para muchos.
Escuché sobre un estudio realizado por un experto en Economía. Dice que si de alguna manera lográramos redistribuir equitativamente la riqueza en todo el mundo, dentro de siete años las condiciones volverían a las de la actualidad: Los pobres de hoy volverían a ser pobres, los ricos serían los mismos ricos de hoy. Estoy analizándolo. Ayúdame a analizarlo. No niego que al recordar la historia bíblica de los siete años de vacas flacas y los posteriores siete años de vacas gordas, ese estudio económico me hizo sentido (Génesis cap. 41). Si viene una crisis, seguro también vendrá una solución. La riqueza no desaparece, alguien la lleva a otro lado. El mundo sigue siendo uno de oportunidades. «En época de crisis, mientras unos lloran, otros hacen y venden pañuelos.»
Cuando llegue una crisis, encontremos la oportunidad para generar una nueva realidad. Seamos creativos. Actuemos conforme a la Imagen que representamos. Hablando de los ladrones que despojaron a una persona honrada, el texto bíblico nos recuerda que «siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse» (Proverbios 24.16). ¡Levantémonos! Nuestra confianza para levantarnos con nuevas oportunidades no debe estar ni en las circunstancias ni en la riqueza. Debe estar en Aquel que con la influencia de Su Palabra y el poder de Su Espíritu nos capacita con el carácter y la inteligencia para servir con fuerza a nuestra familia y a nuestros semejantes, sea en tiempo de vacas flacas o sea de vacas gordas.
Llega un año nuevo salpicado de malos augurios, pero que nosotros podemos enfrentar victoriosos. Me impresiona la Biblia cuando dice que «en el barbecho del pobre hay mucho pan; Mas se pierde por falta de juicio» (Proverbios 13.23). No me extrañaría entonces que el estudio del experto en Economía tenga sus posibilidades. Mas yo quiero ser juicioso; prefiero ser creativo; mas sobre todo, prefiero mantener mi confianza en Dios. Si, en el año nuevo podemos escoger ser juiciosos para tener suficiente pan para compartirlo con alguien más.
Que inicies el año nuevo con un fe fortalecida por las muchas promesas en La Palabra de que Dios te bendecirá, te proveerá, te ayudará y te cuidará. No lo inicies con desesperación, con avaricia, con ansiedad, con ingenuidad. Confía en Dios de la misma manera como confió Jabes, y que en el 2009 el Señor te dé todo conforme a tu petición.