Con cristianos de varias razas y naciones estuvimos en el Monte de los Olivos cantando “Jerusalén de Oro” y leyendo profecías bíblicas favorables a Israel en ocasión del 55º Aniversario de la reunificación de la ciudad de Jerusalén.
Una de las profecías que más me ha impresionado está relacionada con el “Tikún Olam”, el llamado del pueblo judío a “reparar el mundo”, siendo “una luz a las naciones”.
Esta profecía se encuentra en el capítulo 19 del libro del Profeta Isaías:
“En aquel día, habrá una carretera que conecte Egipto con Asiria. Los egipcios y los asirios se moverán libremente entre los dos países, y ambos pueblos adorarán a Dios. Además, Israel será su aliado; los tres estarán juntos, e Israel será una bendición para ellos. Pues el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dirá: «Bendito sea Egipto, mi pueblo; bendita sea Asiria, la tierra que yo hice; bendito sea Israel, mi posesión más preciada».”
Isaías 19:23-25 NTV
Luego de este tiempo de celebración, bajamos del Monte de los Olivos, pasando por el Huerto de Getsemaní, hasta llegar frente a la Puerta Dorada.
La Puerta Dorada, o Puerta de la Misericordia, es la única puerta oriental del Monte del Templo, y una de las dos únicas puertas de la Ciudad Antigua de Jerusalén que daban acceso a la ciudad desde el lado Este (el lado opuesto al Kotel). Esta puerta ha estado sellada desde la Edad Media. Los cristianos creemos que esta fue la puerta por la que Jesús entró en Jerusalén. Los judíos, por su parte, creen que el Mesías entrará en Jerusalén procedente del Monte de los Olivos por esta misma puerta.
Que bueno es una bendición saber esa buena noticia