No cabe duda que Dios es quien da la final satisfacción a nuestras necesidades emocionales…
Pero también es cierto que Dios puede usarnos para que eso sea real en la vida de nuestros familiares y amigos:
RECONOCIMIENTO:
La necesidad de sentirse respetado, valorado, atendido, que se le presta atención, que para alguien uno es importante.
Lo opuesto es sentirse DESALENTADO.
La respuesta en el Salmo 23: «Dios es mi pastor» (v.1)EMPATÍA:
Que alguien se identifique con uno, ser confortado.
Lo opuesto es sentirse DESCONSOLADO.
La respuesta en el Salmo 23: «Me das nuevas fuerzas» (v. 3)DIRECCIÓN:
Tener significado y propósito para la vida diaria.
Lo opuesto es sentirse PERDIDO.
La respuesta en el Salmo 23: «Me guías por el mejor camino» (v. 3)SEGURIDAD:
Saberse protegido aún por las leyes y los límites, percibiendo estabilidad en ello.
Lo opuesto es sentirse DESPROTEGIDO.
La respuesta en el Salmo 23: «Siempre estás a mi lado» (v. 4)ANIMO:
Recibir estímulo y aliento, así como ser apoyado en las metas personales.
Lo opuesto es sentirse IGNORADO.
La respuesta en el Salmo 23: «Me llenas de confianza» (v.4)¿Puedo decir…? «TÚ ME OFRECES UN BANQUETE Y ME LLENAS DE FELICIDAD» (v. 5)
¿Estoy siendo instrumento de Dios para dar «un trato especial» a los demás?